Sobre la Plataforma – Nestor Makhno
SOBRE LA PLATAFORMA
Nestor Makhnó
[Una respuesta a “Un plan de organización anarquista”]
Estimado compañero Malatesta,
He leído su respuesta al proyecto de “Plataforma Organizativa para una Unión General de Anarquistas”, proyecto publicado por el Grupo de Anarquistas Rusos en el Extranjero.
Mi impresión es que, o bien usted ha malentendido el proyecto de “Plataforma”, o su rechazo a reconocer la responsabilidad colectiva en la acción revolucionaria y la función directiva que las fuerzas anarquistas deben tomar, emana de una profunda convicción sobre el anarquismo que le lleva a despreciar aquel principio de responsabilidad.
Sin embargo, se trata de un principio fundamental, que nos guía a cada uno de nosotros en nuestra forma de entender la idea anarquista, en nuestra determinación de que ésta penetre las masas, en su espíritu de sacrificio. Es gracias a éste que un hombre puede elegir la vía revolucionaria y atraer a otros a ella. Sin éste, ningún revolucionario podría tener la necesaria fuerza, voluntad o inteligencia para soportar el espectáculo de la miseria social, ni menos, para luchar contra ella. Es gracias a que se han inspirado en la responsabilidad colectiva, que los revolucionarios de todas las épocas y escuelas han unido sus fuerzas; es sobre ella que han basado sus esperanzas en que las revueltas parciales -revueltas de las cuales la historia de los oprimidos está llena- no han sido en vano, que los explotados entenderán sus aspiraciones, extraerán de ellas experiencias aplicables a sus tiempos y las utilizarán para encontrar nuevos caminos hacia la emancipación.
Usted mismo, mi querido Malatesta, reconoce la responsabilidad individual del revolucionario anarquista. Y lo que es más, la ha recomendado a lo largo de su vida como militante. Al menos, así es como yo he entendido sus escritos sobre anarquismo. Pero usted niega la necesidad y utilidad de la responsabilidad colectiva, cuando se trata de las tendencias y las acciones del movimiento anarquista como un todo. La responsabilidad colectiva le asusta, ya que usted la rechaza.
Para mí, que he adquirido el hábito de encarar plenamente las realidades de nuestro movimiento, su negación de la responsabilidad colectiva me parece no sólo carente de fundamentos, sino que peligrosa para la revolución social. Se debe tomar bien en cuenta la experiencia para librar la batalla decisiva en contra de todos nuestros enemigos juntos. Ahora bien, la experiencia de las batallas revolucionarias del pasado me lleva a creer, excluyendo toda imitación, que sin importar cuál sea el orden de los eventos revolucionarios, es necesario darles una dirección seria, tanto ideológica como tácticamente. Esto significa que sólo un espíritu colectivo, sensato y dedicado al anarquismo, podrá expresar los requerimientos del momento, mediante una voluntad colectivamente responsable. Ninguno de nosotros tiene el derecho a evitar ese elemento de responsabilidad. Por el contrario, si hasta ahora ha sido ignorado en las filas de los anarquistas, es necesario que ahora sea, para nosotros, comunistas anárquicos, un artículo en nuestro programa teórico y práctico.
Sólo el espíritu colectivo de sus militantes y su responsabilidad colectiva permitirán al anarquismo moderno eliminar de sus círculos la idea, históricamente falsa, según la cual no es necesario que el anarquismo sirva de guía -ni ideológica ni práctica- para la masa de trabajadores en el momento revolucionario, y consecuentemente, no puede tener una responsabilidad como grupo.
No comentaré ahora otras partes de su artículo en contra del proyecto de “Plataforma”, tal como aquella en que usted ve “una iglesia y una autoridad sin policía”. Sólo expresaré mi sorpresa de verle recurrir a semejantes argumentos en el curso de su crítica. Le he dado bastantes vueltas al asunto y no puedo aceptar su opinión más que sus razones.
No, usted no está en lo correcto. Y porque estoy en desacuerdo con su refutación, que usa argumentos demasiado superficiales, creo estar facultado para preguntarle:
1. ¿Debe el anarquismo tener alguna responsabilidad en la lucha de los trabajadores en contra de sus opresores, del capitalismo, y de sus sirvientes del Estado? Si no debería, exponga las razones. Si lo acepta, entonces, ¿debieran los anarquistas trabajar para permitir a su movimiento ejercer su influencia sobre las mismas bases del orden social existente?
2. ¿Puede el anarquismo, en el estado de desorganización en que se halla por el momento, ejercer alguna influencia ideológica y práctica sobre los sucesos sociales y la lucha de la clase obrera?
3. ¿Cuáles son los medios por los cuales el anarquismo debe servir fuera de la revolución y cuáles son los medios de los que dispone para probar y afirmar sus conceptos constructivos?
4. ¿Necesita el anarquismo de sus propias organizaciones permanentes, específicas, íntimamente ligadas entre sí por la unidad de propósito y de acción, para alcanzar sus aspiraciones?
5. ¿Qué deben entender los anarquistas como las instituciones a establecerse con vista a garantizar el libre desarrollo de la sociedad?
6. ¿Puede el anarquismo realizarse sin instituciones sociales, en la sociedad comunista que usted concibe? En el caso de un si, ¿por qué medios? En el caso de un no, ¿cuáles instituciones debería reconocer y utilizar, y en el nombre de qué debería hacerlo? ¿Deberían los anarquistas asumir una función directiva, y consecuentemente responsable, o deberían limitarse a ser auxiliares irresponsables?
Su respuesta, querido Malatesta, me sería de gran importancia, por dos razones. Me permitiría, primero, entender mejor su punto de vista en cuanto a la cuestión de la organización de las fuerzas anarquistas y del movimiento en general. Y, hablemos francamente, su opinión es inmediatamente aceptada por la mayoría de los anarquistas y simpatizantes sin mayor discusión, porque es la opinión de un militante valioso, que ha permanecido toda su vida fiel a su posición libertaria. Entonces, depende, en cierta medida, de su actitud, si se lleva o no adelante un estudio completo de las cuestiones urgentes que nuestros tiempos plantean al movimiento, y consecuentemente, de si su desarrollo se retarda o da un salto adelante. Con permanecer en el estancamiento del pasado y del presente, nuestro movimiento no ganará nada. Al contrario, es urgente que, en vista a los eventos, le demos capacidad para cumplir a cabalidad su rol.
Considero su respuesta de gran importancia.
Saludos revolucionarios
Nestor Makhnó
(1928)
Publicada en “Il Risveglio” (Ginebra, 4 de Diciembre de 1929)
Traducido por Jose Antonio Gutierrez Danton